lunes, 9 de abril de 2012

Carta Abierta: Detrás del Manchalá

Sr. Director
Ante las constantes críticas malintencionadas y agravios personales recibidos por un sector minoritario que reivindica al terrorismo de estado, digo:
Como concejal del partido ‘Memoria y Movilización Social’ presenté, entre otros, un proyecto de Resolución solicitando al Ejército Argentino la remoción del Monumento al denominado ‘combate de Manchalá’, hecho que ocurrió el 28/05/75 en la provincia de Tucumán, el cual duró sólo un día y fue parte del ‘Operativo Independencia’ (laboratorio experimental de lo que después fuera la dictadura militar) que empezó el 5 de Febrero de 1975 con la firma del decreto 261/75, y luego se extendió a todo el país con los decretos 2770/75, 2771/75 y 2772/75 del 6 de octubre de 1975, que produjo 900 fusilamientos y mas de 1600 desapariciones forzadas solamente hasta el 24 de marzo de 1976, y luego 30.000 víctimas del terrorismo de Estado hasta el 10 de diciembre de 1983.
El monumento al denominado ‘Combate de Manchala’ evoca al Plan Cóndor, pues tiene en la parte superior un cóndor, por debajo un mundo, señalando a América del Sur y en especial a Argentina coloreada de rojo.
Los que firman notas o cartas de lectores u opinan en nombre de otros (sean condenados por violaciones a los derechos humanos o procesados pronto por ir a juicio oral), o, como los llamo, los defensores externos del monumento al denominado ‘combate de Manchalá’, dicen que es un monumento a los soldados conscriptos de Salta caídos en el denominado combate mencionado, ello insulta nuestra inteligencia por la obvia simbología utilizada del monumento, cualquier vecino podrá acercarse a la Avenida Arenales al 900 y comprobar que es claramente un monumento al ‘Plan Cóndor’, operativo coordinado entre los Estados Terroristas de diferentes países sudamericanos de aniquilamiento a la denominada lucha ‘antisubversiva’ que arrojó alrededor de 400.000 víctimas, entre fusilados y desparecidos en nuestro continente durante la década del ’70.
El soldado que hay en el monumento, que casi ni se ve, no logra reivindicar ningún caído sino develar que todos debemos estar armados para ‘defender la patria contra el terrorismo apátrida que pretendía cambiarla por un trapo rojo’, tal como dijo el entonces jefe del Regimiento de Caballería Blindada Gral. Güemes de Salta, Tte. Cnel. Roberto Augusto Vega quien luego fuera sancionado por emitir estos dichos por el entonces Jefe del Ejército Roberto Bendini en Junio de 2005 (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-52791-2005-06-23.html). Esto demuestra la realidad de la simbología utilizada, dicho por sus propios autores.
También debemos decir que, hasta el propio escultor del soldado del monumento dijo que él sería el primero en derribarlo porque el monumento en su todo reivindica el terrorismo de Estado (http://www.saltanoticiasinfo.com.ar/entrevistas/item/4574-artista-en-contra-del-monumento-a-manchal%C3%A1.html).
El proyecto de Resolución que presenté fue aprobado, luego de una extensa discusión y debate en el seno del Concejo Deliberante de Salta en la sesión del 14 de marzo de 2012, por casi la totalidad de los concejales de la ciudad de Salta, excepto 4 (sobre 21), y lleva el Nº 37/12. Quienes atacan al Concejo Deliberante de Salta y a sus concejales en realidad atacan a un cuerpo democrático, integrado por personas elegidas libremente por el pueblo de la ciudad de Salta, en ejercicio de esa democracia recién recuperada en 1983. Quizás así se esté añorando a la dictadura cívico-militar en donde sólo una voz podía hablar y las demás eran aniquiladas.
Voy a aclarar lo obvio, aunque exista un grupo de civiles que cometan delitos y aunque esos delitos sean múltiples, el Estado no puede extraerse de la Constitución Nacional y de la ley penal y decidir ‘aniquilar’.
Es como si hoy se decidiera ‘aniquilar’ a los tratantes de personas, o a los traficantes de drogas y armas, claro que son flagelos actuales de la humanidad, pero el Estado no puede apartarse de la Constitución ni de la ley y por ende no puede aniquilar sino implementar, en su caso, las políticas públicas que sean necesarias, dentro de la Ley y la Constitución Nacional, para investigar y condenar a aquellos que cometan dichos delitos, quienes estén en contra de ésto deberán presentar un proyecto de ley proponiendo la pena de muerte, con lo que todo ello significa, y someterse a la voluntad popular de un pueblo democrático y no a la voluntad de un grupo de amigos.
No me opongo a ningún monumento que reivindique a algún soldado caído, pues también será víctima del Terrorismo de Estado, víctima de los generales genocidas que lo mandaron a la muerte, no así de quienes torturaron, secuestraron y mataron a conciencia, y de la misma manera también me gustaría ver un monumento al conscripto Víctor Brizzi, desparecido el 9 de marzo de 1976, ex empleado de la Universidad Nacional de Salta y que curiosamente la propia UNSa le emitió una licencia para realizar la conscripción seis días después de su desaparición forzada validándola como tal, y que el próximo 14 de mayo empieza el juicio oral que sentenciará a los culpables. También me gustaría ver un monumento al soldado Carrasco o a los soldados de Malvinas caídos, suicidados, y torturados por su propio Ejército.
Debo decir que hubo una denuncia de ‘Familiares de Detenidos-Desaparecidos’ en referencia a que debajo de dicho monumento al denominado ‘Combate de Manchala’ habría enterrado algún desaparecido (http://militantesalta.blogspot.com.ar/2012/03/debajo-de-manchala-el-testimonio.html), ello debería ser investigado inmediatamente por la Justicia Federal de Salta, pero lo que si puedo afirmar es que detrás de Manchalá en realidad se esconden otros generales genocidas y muchos civiles que fueron parte del Terrorismo de Estado, ocultos o ex funcionarios de la dictadura, que se enriquecieron a costa de la vida y la sangre de muchos, y ahora intentan usar a los conscriptos para seguir escondiéndose y extraerse de la Verdad, la Memoria y la Justicia, los tres pilares que Néstor Kirchner y luego Cristina Fernández, tomando el reclamo de los familiares de desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado, los convirtió en verdadera política de Estado.
Pese a que lo dicho resulta obvio, además no es un invento propio sino que surge claramente del Derecho Internacional; entiendo que intenten confundir a todos con premisas y conclusiones falsas como estrategia de defensa, también entiendo a los parientes de genocidas y ex funcionarios de la dictadura porque les comprende las generales de la ley, y a la editorial del diario La Nación publicada el 4/4/12 (http://www.lanacion.com.ar/1462044-concejales-subditos-del-relato) pues aún no puede explicar que pasó con ‘Papel Prensa’, de igual manera, y por estos motivos entiendo entonces que demonicen a todo aquel que exija Verdad, Memoria y Justicia, y obviamente no espero que dejen de expresar sus coartadas bastante mal armadas pues ‘nadie puede declarar en su contra’ (art 18 CN), pero si es importante que sepa toda la ciudadanía que detrás de esa triste estrategia de defensa penal hay treinta mil familias que esperan Justicia, que un grupo de civiles y militares asaltaron el poder y en nombre del Estado se enriquecieron, secuestraron, torturaron, robaron bebés y los vendieron o los mataron en los más de quinientos campos de concentración que funcionaron en todo el país, entre ellos ‘la escuela de Famaillá’ en las cercanías de Manchalá, Tucumán.
No hubo ninguna guerra, no hubo dos supuestos bandos equivalentes enfrentados, o ‘dos demonios’ enfrentados como algunas posiciones intencionadas pretenden sostener. Basta preguntarse ¿qué clase de ‘demonios’ serían miles de inocentes victimizados? ¿Qué clase de demonio era Miguel Ragone? ¿El monseñor Enrique Angelelli?
No existió causal legal alguna de justificación para los aberrantes delitos cometidos por el Estado, a través de agentes civiles, militares y policiales que abrogaron la Constitución Nacional y se apoderaron de las instituciones. Los aberrantes delitos cometidos son y serán siempre perseguibles mientras vivan sus responsables, como decía ‘Hannah Arendt’: “Somos incapaces de perdonar aquello que no podemos castigar e incapaces de castigar aquello que se ha vuelto imperdonable”.
Pese a que en esa dictadura y en la década del ’90 nos educaron para callarnos y acatar, festejo, por fin, la discusión y el debate, los cuales eran necesarios en nuestra Salta, para que se discuta sobre éste y otros temas. Creo que así es la mejor forma de crecer colectivamente, pese a que algunos se pongan incómodos y dirijan tantos agravios personales malintencionados en su defensa. Agradezco el enorme apoyo brindado por tantos/as compañeros/as, los miles de saludos recibidos, mails, y buenos augurios, que duplican las ganas de seguir trabajando.
Martín Ávila
Concejal de la ciudad de Salta, Vicepresidente 2º
Sec. Gral. Partido Memoria y Movilización Social

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